Pix.: 22992540111 (Qualquer ajuda é bem Vinda. Gratidão)
Inicio | Temas Bíblicos |Leia a Biblia Leia a Bíblia | Post´s em Espanhol |Doações |Contato
Esta é a vida eterna: que te conheçam, o único Elohim verdadeiro, e a Yeshua o Messias, a quem enviaste. JOÃO 17:3
faceicon
LA RESURRECCIÓN, ¿EN SÁBADO O EN DOMINGO?

LA RESURRECCIÓN, ¿EN SÁBADO O EN DOMINGO?

          Mucho se ha predicado y enseñado acercas de la resurrección, asegurando que ocurrió en un día Domingo, ¿Qué hay de verdad sobre ésta fábula? ¿Será verdad que nuestro Salvador resucitó en un día Domingo? De ser así, ¿Estaremos insinuando que Yahshua se contradijo al decir que “estaría tres días y tres noches en el corazón de la tierra?” (Mattithyah [Mateo] 12:40.)

     Para no especular solamente, dejemos que sea la Sagrada Escritura la que nos aclare esta delicada y muy importante interrogación; Porque si el Salvador Yahshua no resucitó después de “tres días y tres noches bajo tierra”, como dijo, entonces, “vana es nuestra predicación, vana también es nuestra fe” (1 Korinthios 15:14.)

 EL CALENDARIO SAGRADO

     Para poder entender claramente esta disertación, es necesario conocer que el calendario de la Sagrada Escritura, es mucho muy diferente al calendario de hechura humana que se usa hoy día; pues los “meses” del hombre son de 28, 29, 30, y hasta de 31 días; también sus años han sido de 10,12 y 13 meses en las diferentes épocas; Esto, por no reconocer el infalible calendario Celestial registrado en el libro Sagrado. Para empezar, el calendario Sagrado mide los días de “tarde a tarde.” Y esto se entiende claramente leyendo en el libro de Génesis 1:2, donde dice: “La tierra estaba desordenada y en tinieblas (a oscuras)”. Y los versos 3 al 4, dicen: “Y el Todopoderoso dijo: Sea la luz. Y vio el Todopoderoso que la luz era buena: Y apartó el Todopoderoso la luz de las tinieblas.”

     Ahora, nótese lo que dice el verso 5: “Y llamó a la luz día, y a las tinieblas llamó noche: Y fue la tarde (tinieblas) y la mañana (luz) un día.” Hasta aquí tenemos un día de 24 horas, divididas entre la porción “noche” y la porción “día”; pues el verso 8, recalca: “Y llamó el Todopoderoso a la expansión cielos: Y fue la tarde (la porción oscura) y la mañana (la porción luz) el día tercero.” Y así sucesivamente hasta completarse los seis días de la creación. Lo que significa en concreto: que al ocultarse el sol termina un día de 24 horas y comienza el siguiente día. Recuerde que estamos hablando de un lugar entre los ríos Tigris y Eufrates, donde se inició la vida del hombre.

LA MEDICIÓN DE LOS MESES Y EL AÑO

     En el capítulo 1:14, se lee lo siguiente: “Y dijo el Todopoderoso: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: Y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años.” Y el verso 16, agrega: “E hizo el Todopoderoso las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor (el sol) para que señorease en el día, y la lumbrera menor (la luna) para que señorease en la noche.”

     Hasta aquí notamos claramente que al sol y a la luna se les asignó “leyes” específicas (aparte de alumbrar la tierra), que tienen que cumplir con precisión: Primeramente al sol, para “medir” los años, marcar las cuatro estaciones del año, y alumbrar durante el día. En cuanto al ciclo lunar, para “medir” los meses de 28 días y seis horas, más minutos (todos iguales), y para alumbrar durante la noche; (véase Salmo 104:19-23 y Yirmeyah [Jeremías] 31:35.)

     Ahora, hagamos una pregunta vital: ¿Cómo reconocer cual es el primer mes del año? En el libro de Éxodos 12:2, se registra lo siguiente: “…Este mes os será principio de los meses; será este para vosotros el primero en los meses del año…”

     Hasta aquí aún estaremos en duda, ¿Cómo puede el creyente identificar ese “primer” mes del año? Muy sencillo, continuando con la lectura de Éxodo 12: Se ordena tomar un cordero, y sacrificarlo el día 14 de ese “mes”, pues los versos siguientes agregan: “…Y lo comeréis apresuradamente: Es la Pascua de Yahweh…” (Éxodo 12:3-11.)

            Y continúa el verso 14, que dice: “Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como solemne a Yahweh… por estatuto perpetuo lo celebraréis.”

     Y esta “celebración” es la única que hasta hoy observan tanto Católicos, protestantes y Judíos, aunque un tanto disparejo. Pero por este sencillo detalle, el creyente actual puede ubicar fácilmente el “primer mes” del año, pues esta “celebración” generalmente ocurre en el día 14 del ciclo lunar que acaece en el mes de Marzo del calendario humano. Y precisamente esta solemnidad de la “Pascua” es un punto clave para resolver el enigma del día de la resurrección, pues identificando el correcto día de la Pascua, se aclara lo otro.

     Así que comenzando de aquí, nótese ahora el registro de Lev. 23:4, que dice: “Estas son las solemnidades de Yahweh, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos.” Y el verso 5, continúa diciendo: “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, Pascua es de Yahweh.” Y continúa el verso 6, que agrega: “Y a los quince días de este mes (primero) es la solemnidad de los ázimos (panes sin levadura) a Yahweh, siete días comeréis ázimos.”  Tómese nota de estos últimos pasajes, porque estos tienen mucho que ver con la respuesta a la interrogación inicial, o sea, sobre el día de la resurrección.

     Continuando con el libro de Lev. 23: en los versos 7 al 10, se dan instrucciones acercas de las “primicias”; Y el verso 11, dice: “El cual mecerá el omer delante de Yahweh, para que seáis aceptos, el siguiente día del Sábado lo mecerá el sacerdote.”

     Hasta aquí, hagamos una pausa para explicar algo muy importante, que muchos lectores de la Escritura ignoran, quizá por falta de información sobre las solemnidades anuales ordenadas en la Sagrada Escritura. El Padre Celestial ordenó siete solemnidades, seis de ellas se les llama “Sábado” o día grande (gran solemnidad), pues tienen la misma solemnidad del Sábado semanal, pues en esos días no se debe obrar, comprar o vender. La Pascua está exenta de esa ley, pues aparte de la ceremonia que acontece después de ocultado el sol del día trece, el resto de la noche y del día “luz”, se puede obrar y prepararse para la gran solemnidad que le precede, la de “los panes sin levadura.” Así que téngase bien presente este detalle de llamar “Sábado” a seis de las solemnidades anuales, cuales ocurren en diferentes días del año.

     Volviendo a la ordenanza de las dos primeras solemnidades, estas se repiten en el libro de Números 28:16-17, donde dice: “Mas en el mes primero, a los catorce del mes será la Pascua a Yahweh. Y a los quince días de este mes, la solemnidad (de los panes sin levadura): Por siete días se comerá ázimos.”

     También en el libro de Yekhezkeyl (Ezequiel) 45:21, dice: “El mes primero, a los catorce días del mes, tendréis la Pascua, y fiesta de siete días: se comerá pan sin levadura.”

     Después de conocer lo anterior, ahora se tiene que comprobar que a las solemnidades se les llama también Sábado; note por ejemplo Lev. 16:31, donde hablando de la solemnidad del “ayuno”, dice: “…Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas,…”. Y Lev. 23:24, hablando de la solemnidad de las “trompetas”, dice: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis Sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.”

      Y en el verso 32, repitiendo la ordenanza del día del “ayuno” (quinta solemnidad del año), dice: “…Sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde: de tarde a tarde holgaréis vuestro Sábado.”

     Con lo anterior se  comprueban dos cosas: Primero, que durante el “ mes primero” hay dos solemnidades: La Pascua para el día catorce, y los “panes sin levadura” para el día quince. Y segunda, que las solemnidades se les llama “Sábado”, sin importar el día que ocurran.

LA SEÑAL PARA EL DÍA DE LA RESURRECCIÓN

     El siguiente paso es conocer lo que Yahshua dio como única “señal” para el día de su resurrección. En el libro de Mattithyah (Mateo) 12:38-39, los escribas y Fariseos, pidieron señal a Yahshua, pues la Escritura dice: “Entonces respondieron algunos de los escribas y de los Fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.”

     A la pregunta anterior, Yahshua respondió: “La generación mala y adulterina demanda señal; mas señal no le será dada, sino la señal de Yownah (Jonás) profeta. Porque como estuvo Yownah en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”

     Ahora, para confirmar el dicho de Yahshua, notemos lo que dice el capítulo 2:1, del libro del profeta Yownah: “…Mas Yahweh había prevenido un gran pez que tragase a Yownah: Y estuvo Yownah en el vientre del pez tres días y tres noches…”. Y ésta fue la única “señal” que Yahshua señaló acerca del día de su resurrección: Que permanecería tres días y tres noches en el corazón de la tierra. Ahora, si aquella señal no se cumplió, ¿Cómo creer en el resto de sus enseñanzas?

LA PASCUA, OBSERVADA POR YAHSHUA

     Por tanto, una vez conociendo lo anterior, téngase presente aquel lapso de tiempo, “tres días y tres noches” (no porciones de días incompletos.)

     Para la época de Yahshua, los Fariseos ya habían perdido la cronología de las solemnidades, pues habían “juntado” la Pascua con el día de los Panes sin levadura (ázimos), en una sola. Pero Yahshua no podía quebrantar la ley original; por tanto, observó la ceremonia de la Pascua en el día y hora precisos ordenado por el mandamiento Celestial.

     Aunque en el libro de Loukas (Lucas), capítulo 22:7, se registra un posible error del traductor extranjero (porque no pudo haber sido error del Evangelista); pues dice el pasaje en cuestión: “Y vino el día de los Panes ázimos, en el cual era necesario matar la Pascua.” Aquí debiera ser invertido el registro, pues como se anotó antes, la Pascua es para el día catorce, y los “panes sin levadura” para el día quince del mes primero.

     Sea como haya sido, la verdad es que el siguiente pasaje registra lo que Yahshua le dijo a Keph (Pedro) y a Yahkhanan (Juan), “Id, aparejadnos la Pascua para que comamos,” (Loukas 22:8.) Los dos Apóstoles, siguiendo las ordenes de Yahshua, “… fueron pues, y hallaron como les había dicho; y aparejaron la Pascua. Y como fue hora, se sentó a la mesa, y con él los Apóstoles.” (Loukas 22:13-14.)

     Nótese cuidadosamente que dice: “Como fue hora”, esto es, ¡Que al ocultarse el sol del día 13 del mes primero, Yahshua puso ejemplo de precisión y verdad, para no seguir las tradiciones impuestas por los Judíos!

     Aquí, es necesario recordar que la Pascua se reduce a la ceremonia de la última cena, o sea, “partir el pan y beber el vino”, seguido por el lavado de los pies. Esta ceremonia se lleva a cabo tan pronto como se oculta el sol del día 13 del primer mes; Pues como ya se explicó antes, los días (en el calendario Hebreo) comienzan y terminan al ocultarse sol.

     Continuando con el registro de Loukas 22:, los versos 15 y 16, registran: “Y les dijo (a los Apóstoles): En gran manera he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca. Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el Reino de Yahweh.” Los versos del 17 al 20 registran los detalles de la ceremonia solemne del partimiento del pan y beber del vaso el vino (símbolos del cuerpo y de la sangre de Yahshua) del nuevo pacto.

     En el Evangelio del Apóstol Yahkhanan (Juan), capítulo 13:1, se repite el error del traductor extranjero, cuando dice: “Antes de la fiesta de la Pascua…” Cuando en verdad ésta ya la estaban observando en ese instante Yahshua con los Apóstoles; lo que lógicamente la Escritura original debió registrar: “…Durante la fiesta de la Pascua…”.

     Pero continuando con el registro de Yahkhanan (Juan) capítulo 13:, y refiriéndose a la ceremonia de la Pascua, los versos 4 y 5, dicen: “…Levantándose de la cena, y quitándose su ropa, y tomando una toalla, se ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido..”

     Y el Evangelio del Apóstol Mattithyah (Mateo) capítulo 26:30, ampliando los detalles de la ceremonia de la Pascua, registró que: “Habiendo cantado el himno (la alabanza) salieron al monte de los olivos.” Y Yahshua, previendo su próximo sacrificio (muerte), les dijo: “Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor y las ovejas serán dispersas, (verso 31.)

     Hasta aquí, se ha comprobado que Yahshua celebró la Pascua con los Apóstoles, justamente a la hora ordenada por el mandamiento. Pero los Judíos ya habían anulado esta solemnidad y la habían rebautizado como el “día de la preparación”, esto es: prepararse para los siete días que duraba la solemnidad de los “Panes sin levadura”, ¡La cual comenzaba justamente al ocultarse el sol del día catorce de aquel primer mes! Así, puesto que la solemnidad de la Pascua se había iniciado al ocultarse el sol del día trece; Yahshua, después de la ceremonia, salió al huerto de los olivos, de donde fue arrestado poco antes de la media noche. Durante el alba fue llevado de un lado a otro para buscar evidencias, y ser juzgado. Al amanecer del día catorce, los sacerdotes lo hallan culpable y se conjuran para pedir al gobernador Romano, la pena de muerte para Yahshua.

DÍA DE LA MUERTE DE YAHSHUA

     Antes de continuar, se hace necesario anotar aquí, que según cálculos matemáticos actuales, concuerdan que el “día catorce” de aquel primer mes del año 33 (Era común), cayó en un día “Miércoles,”  o sea que, al ocultarse el sol del día Martes 13 daba comienzo el día “Miércoles”, hasta la “caída” del sol del amanecer siguiente. Pero otra cosa muy importante, la Sagrada Escritura profetizó que la muerte del “Meshayah” (Mesías) sería a la “mitad de la semana.”

     Sobre esto último, nótese el registro del profeta Danieyl, capítulo 9:25-26, que dice: “Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Yeruwshalem (Jerusalén) hasta el Meshayah (Mesías) Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se tornará a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Meshayah (Mesías), y no por sí: Y el pueblo de un príncipe que ha de venir (Roma), destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamiento.” Y agrega el verso 27, “Y en otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.”

     Nótese dos detalles importantes: “se quitará la vida al Meshayah”; y “a la mitad de la semana hará cesar el continuo sacrificio”. Al decir: “hará cesar el continuo sacrificio”, se entiende que “el sacrificio de corderos y de machos cabríos” quedaría nulo, pues con el sacrificio de Yahshua ya no serían necesarios.

     En el libro de Hebreos, capítulo 7:26-27, hablando de Yahshua y de su muerte, el Apóstol Shaúl (Pablo) dice: “Porque tal pontífice nos convenía: Santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: Porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo.” Y Hebreos 10:10, recalca lo siguiente: “Y por la virtud de aquella voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Yahshua el Meshayah hecha una sola vez”. Léase también Hebreos 9:10-22.

     Volviendo a la profecía del profeta Danieyl podemos entender que la muerte de Yahshua había de ocurrir “a mitad de la semana”. Así, Yahshua celebró la Pascua después de ocultarse el sol el día “Martes” (13 del mes primero.) Después, entendemos que fue arrestado poco antes de la media noche. Durante la madrugada fue llevado de un lugar a otro por los príncipes “Judíos”, buscando un delito para condenarlo a muerte. Por la mañana del día “Miércoles” (catorce del mes primero), como a las “nueve de la mañana”  (hora tercia, las 9:00 A. M., ver Markos 15:25), es presentado delante de Pilato.

     Aquí, es necesario aclarar que los “Judíos” medían las horas independientemente del día y de la noche, o sea: “hora tercia” (las 9:00 A. M.), “hora sexta” (las 12:00 del medio día), “hora nona” (las 3:00 P. M.), etc. Una vez entendido esto, volvamos a la hora que Yahshua fue presentado delante de Pilato, las 9:00 A. M. Durante las tres horas siguientes es juzgado y condenado a ser “colgado de un madero”. Esto último ocurrió a la hora sexta (12:00 del  medio día); pues el libro de Mattithyah (Mateo) 27:45-46, refieren lo siguiente: “Y desde la hora sexta fueron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y cerca de la hora nona, Yahshua exclamó con grande voz, diciendo: Eyli, Eyli, Lama shabatani, esto es: Todopoderoso mío, Todopoderoso mío, ¿Por qué me has desamparado? Y el verso 50, agrega: “Mas Yahshua, habiendo otra vez exclamado con grande voz, dio el Espíritu”.

     Y Loukas (Lucas) 23:44-46 confirma lo anterior, al registrar: “Y cuando era como la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. Y el sol se obscureció: y el velo del templo se rompió por medio. Entonces Yahshua, clamando a gran voz, dijo: “Padre, en tu mano encomiendo mi Espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró”.

     Ahora recuerde que al ocultarse el sol de ese día “Miércoles” comenzaba la solemnidad de los “panes sin levadura” (ázimos.) Por tanto, a los “Judíos” les urgía terminar con aquel asunto, antes de ocultarse el sol; pues del Evangelio de Yahkhanan (Juan) 19:31, se lee lo siguiente: “Entonces los Judíos, por cuanto era la víspera de la Pascua (error en la traducción, la Pascua estaba por terminarse), para que los cuerpos no quedasen en el Madero en el Sábado, pues era el gran día del Sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados”.

     Y Markos 15:42 reafirmó esta verdad al decir: “Y cuando fue la tarde (del Miércoles), porque era la preparación, es decir, la víspera del Sábado, (de los panes sin levadura)…”.

     Y continuando el relato de Yahkhanan (Juan), en el capítulo 19:42 refiere: “…Y en aquel lugar donde había sido colgado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. Allí, pues, por causa de la víspera de la Pascua de los Judíos, porque aquél sepulcro estaba cerca, pusieron a Yahshua…”.

     Note de la escritura anterior que la porción “Pascua de los Judíos” está en itálica, lo que indica que el traductor del pasado no distinguió a cuál solemnidad se refería para el día siguiente; Aquella solemnidad era la de “los panes sin levadura”, era “Sábado” o día de gran solemnidad, como dice el verso 31 del mismo capítulo.

Ahora, nótese el registro de Loukas 23:52-54, quien hablando de José de Arimatea, dice: “Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Yahshua. Y quitado, lo envolvió en una sábana, y le puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual ninguno había aún sido puesto. Y era día de la víspera de la Pascua; y estaba para rayar el Sábado.” Otra vez, el traductor del pasado cometió el mismo error, (la Pascua estaba por terminar), aunque aclara: que “estaba para rayar el Sábado,” ¡Pero aquel “Sábado” era el de los panes sin levadura ordenado para el día 15 del mes primero!

LAS SOLEMNIDADES SON DÍAS DE GUARDAR, SON “SÁBADOS”

     Como se puede notar por las Escrituras anteriores, la deficiente traducción del pasado han causado grandes confusiones a las generaciones posteriores. A continuación vamos a comprobar que las solemnidades se les consideraba tan importantes como el mismo Sábado semanal. Para poder entender esto último, debemos anotar que en el lenguaje Hebreo, al Sábado (semanal) se le llama “shabbath”, que literalmente significa: día de reposo, día de celebrar, día de guardar o día solemne. En cuanto a seis solemnidades anuales comandados en la Sagrada Escritura, se les llama en el lenguaje Hebreo, “shabbathown”, esto es, para distinguir del “Sábado semanal”, al “Sábado anual”; Pero también para dar un grado más Solemne a los Sábados anuales, como lo refiere el registro de Yahkhanan (Juan) 19:31 de que: “…era el Gran día del sábado…”; allí se nota una diferencia entre “shabbath” y “shabbathown”.

     Entonces, como ya se dijo antes las solemnidades Anuales son “Sábado”, sin distinguir el día que estas ocurran; Pues ampliando el registro de Lev. 16:29-31, hablando de la solemnidad del “Ayuno”, dice lo siguiente: “En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis,…porque en este día se os reconciliará;…y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Yahweh. Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas,…”

     Y del mismo libro de Lev. Capítulo 23:24, hablando de la solemnidad de “las trompetas”, dice lo siguiente: “Habla a los hijos de Yisraeyl (Israel), y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis Sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”.

     Y hablando otra vez sobre la solemnidad del “Ayuno”, refiere el verso 32, lo siguiente: “Sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde (al ocultarse el sol): De tarde a tarde holgaréis vuestro Sábado”.

     Del pasaje anterior, aparte de comprobar que las solemnidades se les llama “Sábado”, también confirma la medición de los días, esto es, de “tarde a tarde”, o sea, al ocultarse el sol termina y comienza un día.

     Ahora, recordando el registro de Lev. 23:5-6, que dice: “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, Pascua es de Yahweh. Y a los quince días de este mes es la solemnidad de los ázimos a Yahweh: Siete días comeréis ázimos.” Esta última solemnidad es la que los Judíos en la época de Yahshua llamaban “Pascua”; pero esta solemnidad era “Sábado”, día de mucha solemnidad. Pero por el hecho de que los primeros traductores extranjeros ignoraron las peculiaridades del idioma Hebreo, no alcanzaron a distinguir la diferencia y no hicieron ninguna alusión que hiciera clara diferencia sobre el significado de “shabbath” y de “shabbathown”, sino que se concretaron a traducir ambas palabras como “Sábado”. Y con aquel descuido, los lectores posteriores de la Sagrada Escritura supusieron que ambas se refería al Sábado semanal, y esto último causó una confusión incalculable a todos los creyentes de las siguientes generaciones.

     Conociendo todo lo anterior, le permitirá al moderno creyente apoyar sus creencias sobre bases más concretas y poder sacar conclusiones más firmes a la verdad.

LA CUENTA DE LOS “TRES DÍAS”

     Entonces, sabiendo que Yahshua expiró a la hora nona (tres de la tarde, hora del hombre), en aquel día Miércoles, catorce del mes primero. Al ocultarse el sol de ese día, daba comienzo la solemnidad (Sábado) de los “panes sin levadura”, o sea, el gran día del Sábado (de los ázimos.) Así, de la hora nona hasta la hora de ocultarse el sol, quedaban poco más de tres horas; Por tanto, deprisa se hicieron arreglos para poder sepultar a Yahshua, poco antes de que se ocultara el sol; o como dice el registro de Loukas (lucas) 23:54: “Y estaba para rayar el Sábado”.

     Ahora recuerde la única “señal” que el propio Yahshua dio a los Escribas y Fariseos: “…Porque como estuvo Yownah (Jonás) en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches…”. Conociendo esta señal, cuéntese ahora tres días y tres noches cabales y con sorpresa se dará cuenta que lo que se nos ha predicado hasta hoy ha sido solamente una farsa, ¡Pues Yahshua resucitó el día Sábado semanal, poco antes de ocultarse el sol! Esto es, que de verdad permaneció bajo tierra tres días y tres noches completos de 24 horas, no porciones de dos noches y un día.

            De no haber sido así, entonces habrá que dudar no solamente de la “señal” dada por Yahshua, sino aún de su resurrección. O como dice el Apóstol Shaúl (Pablo) “Y si Yahshua no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y aún somos hallados falsos testigos de Yahweh…” (1 Korinthios 15:14-15.)

     Pero para estar más seguros sobre esta verdad (no olvide que entender la Sagrada Escritura, está la posible salvación del hombre), nótese lo que refiere el Evangelio de Loukas (Lucas) 23:55, que dice: “Y las mujeres que con él habían venido de Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo”. Esto es, donde y como sepultaron a Yahshua.

     Ahora volvamos a Markos 16:1, que dice: “Y como pasó el Sábado (de los panes ázimos), María Magdalena y María madre de Yaakob (Jacob), y Salomé, compraron drogas aromáticas, para venir a ungirle”.

     Téngase bien presente esta Escritura, para valorarla más adelante. Recuerde que al sepultar a Yahshua ya estaba para “rayar el Sábado”, esto es, ya estaba por “ocultarse el sol” de aquel día Miércoles; al volver las mujeres del sepelio, ya se había ocultado el sol, ¡Ya era Sábado, ya nadie podía vender, comprar u obrar, era el “día grande” del Sábado! Los Fariseos eran en extremo muy estrictos sobre cómo “guardar” el Sábado. ¿Entonces, cuando compraron las mujeres las drogas aromáticas? Lógicamente que el “Viernes”, una vez que hubo pasado el Sábado de los ázimos. Note ahora el registro de Loukas 23:56, que dice: “…Y vueltas (las mujeres) aparejaron drogas aromáticas y ungüentos; y reposaron el Sábado, conforme al Mandamiento…”. ¿De cuál Sábado se está refiriendo aquí el Evangelista? Ciertamente que del Sábado semanal. En otras palabras: El Miércoles cuando las mujeres regresaron del sepelio, ya se había ocultado el sol, ya era el “Sábado de los ázimos”, ya no se podía comprar, vender u obrar. El Jueves, al ocultarse el sol, se termina el Sábado (de los ázimos); el “Viernes” durante el día compraron las drogas y las prepararon. Al ocultarse el sol ese día “Viernes” ya era el Sábado semanal, por tanto, las mujeres reposaron conforme al Mandamiento registrado en Éxodo 20:9:11.

LA RESURRECCIÓN

     Una vez contado los tres días y tres noches, nótese ahora el registro de Mattithyah (Mateo) 28:1, que dice: “Y la víspera de Sábado que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro”. Nótese la porción que dice: “víspera de Sábado que amanece para el primer día de la semana”. O sea, ¡Aquél Sábado semanal, al ocultarse el sol comenzaba el primer día de la semana! Por tanto, cuando las mujeres llegaron al sepulcro ya estaba oscuro, ya era “día primero de la semana”. No habían ido antes por tres razones obvias: 1) por no quebrantar el día de reposo, pues aún caminar más de lo permitido por los Fariseos, era pecado. 2) A petición de los Fariseos, se había puesto una guardia de soldados para resguardar el sepulcro (vea Mattithyah (Mateo) 27:62-66), hasta el día tercero. 3) Se había sellado la tumba con un sello oficial, el cual no sería quitado hasta cumplidos los tres días y tres noches.

     Sobre lo mismo, Loukas (Lucas) 24:1-3,  dice:: “…Y el primer día de la semana, muy de mañana,…vinieron al sepulcro (las mujeres),…y hallaron la piedra revuelta del sepulcro. Y entrando, no hallaron el cuerpo del Soberano Yahshua”. La porción “muy de mañana”, indica que era la primera hora después de ocultarse el sol de aquel Sábado semanal.

      Y el registro de Yahkhanan (Juan) 20:1, dice: “…Y el primer día de la semana María Magdalena vino de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio la piedra quitada…”. Aquí también, la porción que dice “de mañana”, significa “muy temprano”, o sea, poco después de ocultarse el sol. Por otra parte, note también otra contradicción del traductor del pasado sobre el registro de Yahkhanan (Juan) 20:1, que dice: “Siendo aún oscuro”; y Markos 16:2, refiriéndose al mismo detalle,  dice: “Ya salido el sol”. Estos errores fueron del traductor; pues en el registro de Yahkhanan (Juan), debiera decir: “Siendo ya oscuro”, y en el de Markos debiera decir: “Ya ocultado el sol”. Pero esto no lo entendió o no lo quiso entender el traductor extranjero.

     La verdad es que las mujeres, tan pronto se ocultó el sol de aquel Sábado semanal, corrieron al sepulcro, ¿Pues por qué habían de esperar hasta el amanecer? Lo lógico es que fueran tan pronto como les fuera posible, para ungir el cuerpo, antes de entrar en estado de descomposición. Pero a pesar de su prontitud, al llegar al sepulcro ya estaba oscuro, ¡Ya era el primer día de la semana! Pero al llegar ya no estaba Yahshua, el sepulcro estaba vacío; Pues Loukas 24:3, dice: “…Y entrando, no hallaron el cuerpo del Soberano Yahshua…” Y agregan los versos 4 al 6: “…Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; Y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, mas ha resucitado: Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea…”

     ¿Y qué fue lo que les habló? “…Porque como estuvo Yownah (Jonás) en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Y eso fue lo que realmente ocurrió, Yahshua resucitó poco antes de ocultarse el sol de aquel Sábado semanal, justamente tres días y tres noches después de haber sido puesto en el sepulcro; ¡Esto es, que permaneció 72 horas exactas en el corazón de la tierra!

     ¿Creeremos a la Sagrada Escritura o a la fábula de los hombres? O ¿Cómo hacer “tres días y tres noches” en 36 horas? O sea, ¿del “Viernes” por la tarde, al “Domingo” por la madrugada?

            Quiera el Padre Celestial Yahweh, que este breve mensaje, toque el corazón de los sinceros buscadores de la verdad; pues el suponer que el Salvador resucitó en Domingo, no es sino otra fábula para seguir rindiendo culto al “dios sol”. Al día primero de la semana se le llama en el idioma Inglés “Sun-day” y en Latín “Dies-solis”, ambos términos significan: ¡Día del sol!

     Despierta, pueblo del Padre Yahweh, no confíes en la predica de los hombres, antes bien, estudiad la Sagrada Escritura; recuerda que 1 Korinthios 7:23, dice: “Por precio sois comprados (por la sangre de Yahshua): No os hagáis siervos de los hombres…” ¡Así, dejad que el Espíritu Celestial os guié por el camino de la verdad! Confiad en la Sagrada Escritura, y ella os guiará por el camino señalado por Yahshua el Salvador, para lograr el perdón de los pecados. A Yahweh Padre y a Yahshua sean, la gloria y la alabanza por los siglos de los siglos, HaleluYah.

 Por D. L. García; con  los nombres restituidos en su forma original Hebrea. Solicite más información.

http://www.forhisname.com/Resureccion.htm

Tags: