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Esta é a vida eterna: que te conheçam, o único Elohim verdadeiro, e a Yeshua o Messias, a quem enviaste. JOÃO 17:3
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LA ORACIÓN

LA ORACIÓN 1 era parte de 3

¿Tiene el hombre moderno menos necesidad de orar porque ha logrado controlar su medio ambiente?

No, por el contrario!

Debido a que el hombre se ha tornado tan poderoso, muchos han perdido de vista el hecho de que la obtención de tanto poder obedece exclusivamente al deseo y voluntad de Yahweh.
La oración es un don del Creador para ayudarnos a captar fragmentos de verdad que nos permitan comprendernos y entender nuestro rol para con el Padre y el Hijo, y así posibilitar el cumplimiento de Su deseo de beneficiarnos creando las mejores condiciones.

El hecho de que la oración sea “EL HABLA DEL ALMA”, que represente al hombre de elevarse por medio de ella al Padre, la profundización sobre el tema nos ayudara a comprender más.

Todo creyente cristiano independientemente de su denominación, ha recibido una enseñanza sobre la “oración”, unas más amplias que otras, pero teniendo como base que es la acción de dirigirse al Creador Todopoderoso, el presente estudio es ampliar varios aspectos sobre la oración que las Escrituras tocan comenzando por lo básica enseñanza y pasando por varios aspectos que iremos viendo.

Cuando pensamos en la palabra “oración”, pensamos en nuestras necesidades y peticiones, en una lista sin fin: “Cúrame”, ‘”Ilumíname”, “Dame riquezas”, “Dame Tu redención”, “Glorifícame”, “Dame Tu perdón”

Las Santas Escrituras nos indican que “la oración” es el acto de dirigirse al Elohím verdadero o a dioses paganos en actitud de adoración.

Pero también nos dice que un habla dirigida a Elohim no necesariamente es una oración, la cual se deduce del juicio en Edén y del caso de Caín. (Génesis 3:8-13; 4:9-14) esto fue más un hablar.

La oración en si misma conlleva a FE, devoción, confianza, respeto, es un sentido de dependencia de aquel a quien se dirige la oración es un proceso en el que uno va descubriendo cada vez más lo que es, lo que debiera ser, y el modo de lograr esa transformación por medio de la comunion con el Eterno en Oración.

Las diversas palabras hebreas y o griegas relacionadas con la oración transmiten ideas como pedir, solicitar, rogar, suplicar, instar con ruegos, implorar, buscar, inquirir, así como alabar, dar gracias y bendecir (en hebreo tefillâh, “oración”, “salmo de alabanza”; en griego generalmente désis, “súplica”, “oración”; proseuje, “oración”, “intercesión”; etc.).

Pero también hemos de aclarar que las peticiones y las súplicas se pueden dirigir a hombres, y a veces las palabras correspondientes a estas en los idiomas originales tienen este sentido (Génesis 44:18; 50:17; Hechos 25:11); sin embargo, la palabra española/castellano “oración”, usada en sentido religioso espiritual, no aplica a esos casos.
Es decir a una persona se le puede “suplicar” o “implorar” que haga algo, pero eso no significa que se la vea como un dios (a menos que lo idolatremos).

EL OIDOR DE LA ORACION

En todo el registro bíblico se nos muestra que las oraciones deben dirigirse a al Padre Yahweh (Salmos 5:1, 2; Mateo 6:9), El es “El Oidor de la oración” (Salmo 65:2; 66:19), El que tiene poder para actuar a favor de los que le piden. (Marcos 11:24; Efesios 3:20.)

Orar a dioses falsos y a sus imágenes queda expuesto como necedad, puesto que los ídolos no tienen la capacidad de oír ni la de actuar, y los dioses a los que representan no merecen ser comparados con El Elohim verdadero. (Jueces 10:11-16; Salmos 115:4, 6; Isaías 45:20; 46:1, 2, 6, 7.)

La Biblia nos enseña por medio del profeta Elías la prueba de deidificacion que tuvo lugar en el monte Carmelo entre Yahweh y Baal demostrando la necedad de orar a deidades falsas (1Reyes 18:21-39; compárelo con Jueces 6:28-32).

Pero ciertamente hay quienes afirman que es propio orar por ejemplo, al Hijo de Yahweh, Yeshua/Jesus; pero las Santas Escrituras no nos indican eso.
Aunque también es cierto que hay ocasiones, aunque pocas, en las que se dirigen palabras al Mesías ya resucitado y glorificado en los cielos; cuando Esteban estaba a punto de morir, le suplicó a Jesús: “Señor Yeshua, recibe mi espíritu”. (Hechos 7:59.) Sin embargo, el contexto muestra las circunstancias que dieron lugar a dicho ruego expresión. En aquel momento Esteban tenía una visión de “Yeshua de pie a la diestra de Yahweh”, y debió reaccionar como si estuviera personalmente ante él, sintiéndose libre de dirigir esta súplica a aquel a quien reconocía como cabeza de la congregación “Iglesia” cristiana. (Hechos 7:55,56; Colosenses 1:18.) De igual manera, en la conclusión de la Revelación dada a Juan, el apóstol dice: “¡Amén! Ven, Señor Yeshua”. (Apocalipsis 22:20). No obstante, el contexto indica de nuevo que Juan había oído hablar a Yeshua de su futura venida en una visión (Apocalipsis 1:10; 4:1,2), y que con la expresión demostró su deseo de que se produjera esa venida (Apocalipsis 22:16, 20).
Aparte de estos Ejemplos no hay nada que indique que en otras circunstancias los discípulos cristianos se dirigiesen a Yeshúa después de su ascensión al cielo (con esto no se quiere decir que en algún momento apremiante y por circunstancias especiales nuestras suplicas o peticiones puedan ser dirigidas al Mesías “Eso no estaría mal”) siempre teniendo en cuenta que: “En todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Yahweh” (Filipenses 4:6).

ORAR ES ACERCARSE A YAHWEH

La oración también implica la posición del Mesías Yeshua como mediador de la oración.

Por medio de la sangre del Hijo, ofrecida al Padre en sacrificio, “tenemos abierto el camino de entrada al lugar santo”, es decir para acercarnos a la presencia de Elohim en oración, haciéndolo “con corazones sinceros en la plena seguridad de la fe” (Hebreos 10:19-22).

El Mesías, por lo tanto, es el único “camino” de reconciliación con el Padre, el único medio para acercarse a Él en oración (Juan 14:6; 15:16; 16:23, 24; 1Corintios 1:2; Efesios 2:18)

Aquellos a quienes El Eterno oye son personas “de toda carne” ellos pueden acercarse al “Oidor de la oración”, Yahweh Elohim. (Salmos 65:2; Hechos 15:17) Incluso durante el período en que Israel su pueblo en base a la relación del pacto con Él, los extranjeros/gentiles podían acercarse a Yahweh en oración reconociendo a Israel como el instrumento de Dios y al templo de Jerusalén como su lugar escogido para presentar los sacrificios (Deuteronomio 9:29; 2Cronicas 6:32, 33; comparar con Isaías 19:22).

Pero con el sacrificio de Yeshua su Hijo desapareció para siempre toda distinción entre judío y gentil, entre sacerdote y laicos tenemos un sumo sacerdote Yeshua y todas nuestras peticiones son dadas al Padre por medio de El (Efesios 2:11-16.) En el hogar de Cornelio, Pedro reconoció que “Yahweh no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”. (Hechos 10:34, 35.) De modo que el factor determinante es lo que hay en el corazón de la persona y lo que este le impulsa a hacer. (Salmos 119:145; Lamentaciones 3:41).

Los que observan los mandamientos de Dios y hacen “las cosas que son gratas a sus ojos” tienen la seguridad de que sus “oídos” también están abiertos hacia ellos. (1 Juan 3:22; Salmos 10:17; Proverbios 15:8; 1 Pedro 3:12.)

Ahora muy al contrario, El Eterno Padre no oye con favor a los que pasan por alto la Palabra y los mandamientos de Yahweh, derraman sangre y practican otros actos inicuos; sus oraciones le son “detestables” (Proverbios 15:29; 28:9; Isaias 1:15; Miqueas 3:4.)

Su misma oración puede “ser un pecado” (Salmos 109:3-7.) El rey Saúl perdió el favor de Dios debido a su derrotero proceder y rebeldía, y “aunque Saúl inquiría de Yahweh, El Elohim nunca le contestaba, ni por sueños ni por el Urim ni por los profetas” (1Samuel 28:6)

El Mesias dijo que las personas hipócritas que intentaban atraer la atención a su devoción cuando oraban, ya habían recibido el “galardón completo” de los hombres, pero no de Dios (Mateo 6:5.) Los fariseos de apariencia piadosa hacían largas oraciones y se jactaban de tener una moralidad superior; sin embargo, Yahweh los condenaba debido a su derrotero hipócrita (Marcos 12:40; Lucas 18:10-14)

Aunque de boca se acercaban a Él, su corazón estaba muy lejos de Yahweh y de su Palabra de verdad. (Mateo 15:3-9; Isaias 58:1-9.)

El ser humano ha de tener fe en Yahweh y en que Él es “el recompensa a los que le buscan” (Hebreos 11:6), acercándose a Él en la “plena seguridad de la fe” (Hebreos 10:22, 38, 39.)

Es esencial que todos reconozcamos nuestra condición pecaminosa, y si una persona ha cometido pecados graves (1Samuel 13:12; Daniel 9:13), ablandando primero su propio corazón con arrepentimiento, humildad y contrición sincera. (2Cronicas 34:26-28; Salmos 51:16,17; 119:58) Entonces, es posible que Dios se deje rogar, le otorgue perdón y le oiga con favor (2Reyes 13:4; 2Cronicas 7:13,14; 33:10-13; Santiago 4:8-10) de ese modo ya no volverá a sentir que Yahweh ha “obstruido el acceso a El mismo con una masa de nubes, para que no pase la oración”. (Lamentaciones 3:40-44).

Aunque quizás Dios no retire por completo su oído, no obstante, si la persona no sigue su consejo, sus oraciones pueden ser “estorbadas” (1Pedro 3:7).

Los que buscan perdón deben perdonar a otros (Mateo 6:14, 15; Marcos 11:25; Lucas 11:4.)

En una próxima oportunidad abordaremos ademanes y posturas según en base a las escrituras y no a las costumbres, Además de las vanas repeticiones.

EL VERDADERO ISRAEL DE YAHWEH
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Atentamente Ricardo A. Parra Rubi
Shalom a todos

LA ORACIÓN 2da parte de 3

“LA COMUNICACIÓN CON EL ETERNO A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS”

¿Por qué asuntos es apropiado orar?
¿Cuáles deben ser nuestras prioridades al respecto?
¿Cómo y cuándo nos responde El Padre?

Estas son preguntas que comúnmente hacen creyentes y no creyentes a veces entrando en polémicas, pero dejemos que sean las Escrituras que nos guíen al respecto.

Las oraciones consisten básicamente en:
Confesión (2Cronicas 30:22), peticiones o solicitudes (Hebreos 5:7), expresiones de alabanza y acción de gracias (Salmos 34:1; 92:1) y votos (1Samuel 1:11; Eclesiastés 5:2-6).
La oración que El Mesías enseñó a sus discípulos era simplemente un modelo, pues ni Yeshua ni sus discípulos se adhirieron rígidamente a esas palabras específicas en sus oraciones posteriores (Mateo 6:9-13).
Desglosando la oración modelo que El Mesías enseño aprenderemos muchas cosas al respecto vinculadas a nuestras peticiones.
Las primeras palabras de esta oración se concentran en la cuestión de primera importancia:
LA SANTIFICACIÓN (es decir apartarlo, no profanarlo) DEL NOMBRE DE ELOHIM (YAHWEH) que empezó a ser vituperado en la rebelión de Edén y la realización de la voluntad divina por medio del Reino prometido, a la cabeza del cual está la descendencia prometida, el Mesías (Yeshua/Jesus). (Génesis 3:15;) la oración requiere que el que ora esté claramente del lado de Dios en esa cuestión.

La parábola del Mesías registrada en Lucas 19:11-27 muestra que la “venida del Reino” significa: que su venida es para ejecutar juicio, destruir a todos los opositores y aliviar y recompensar a todos aquellos que confían en El. (Compare con Apocalipsis 16:14-16; 19:11-21).

Por lo tanto, la siguiente expresión:
“HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, TAMBIÉN SOBRE LA TIERRA”, no se refiere principalmente a que los seres humanos hagan la voluntad del Todopoderoso, sino, más bien, a que Dios mismo actúe en cumplimiento de su voluntad para la Tierra y sus habitantes, y manifieste el poder que tiene para llevar a cabo su propósito declarado.

Obviamente, el que ora también expresa de ese modo su preferencia por esa voluntad y su deseo de someterse a ella! (Mateo 6:10; Mateo 26:39)
La solicitud de recibir el pan de cada día, perdón, librarnos de la tentación y liberación del malvado está relacionada con el deseo que tiene el que hace la súplica de continuar viviendo en el favor del Eterno. Expresa este deseo por todos los que comparten su fe, no solo por sí mismo (comparé con Colosenses 4:12)

Lo expresado en la oración modelo son de importancia fundamental para todos los hermanos y hermanas en la fe ya que expresan necesidades que todas las personas tienen en común.
Sin embargo, el contexto bíblico muestra que hay muchos otros asuntos que pueden afectar a las personas a mayor o menor grado o que pueden ser el resultado de circunstancias particulares de cada individuo; estos también son temas apropiados para incluir en sus oraciones.

Aunque no se mencionan específicamente en la oración modelo del Mesías, sin embargo, están relacionados con los que esta presenta.

Así pues, las oraciones personales prácticamente pueden abarcar una gran variedad de facetas de la vida (Juan 16:23, 24; Filipenses 4:6; 1Pedro 5:7.)
Aunque todos desean correctamente que su conocimiento, entendimiento y sabiduría aumenten (Salmo 119:33, 34; Santiago 1:5), es posible que algunos lo necesiten de manera especial más que otros.
Se puede pedir la guía de Yahweh en asuntos que tengan que ver con decisiones judiciales, como hizo Moisés (Éxodo 18:19, 26; comparé con Números 9:6-9; 27:1-11; Deuteronomio 17:8-13), o discernimiento para el nombramiento de personas a puestos de responsabilidad dentro de las congregaciones (Números 27:15-18; Lucas 6:12, 13; Hechos 1:24, 25; 6:5, 6) también podemos y debemos pedir fortaleza y sabiduría para llevar a cabo ciertas asignaciones o para encarar pruebas o peligros específicos (Génesis 32:9-12; Lucas 3:21; Mateo 26:36-44)

Los motivos para bendecir a Yahweh y Jesus/Yeshua y darle gracias pueden variar según las propias experiencias de cada individuo (1Corintios 7:7; 12:6,7; 1Tesalonicenses 5:18.)
En 1 Timoteo 2:1,2 el apóstol habla de oraciones respecto a hombres de toda clase, respecto a reyes y a todos los que están en alto puesto (pero entendiendo todo el contexto bíblico) vemos que durante su última noche con sus discípulos, El Mesías dijo en oración que no hacía petición respecto al mundo, sino respecto a los que El Padre le había dado, y también dijo que ellos no eran parte del mundo, sino que este los odiaba (Juan 17:9,14.) Por lo tanto y en armonía con la suma de toda la Palabra, parece ser que las oraciones cristianas respecto a los gobernantes del mundo se limitan a determinados aspectos.
Las palabras que a continuación dijo el apóstol indican que tales oraciones son fundamentalmente a favor del pueblo de Yahweh, “a fin de que sigamos llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción, piedad y seriedad”. (1Timoteo 2:2.) Hay ejemplos anteriores que ilustran este hecho, como la oración de Nehemías para que Elohím lo ‘hiciese objeto de piedad’ delante del rey Artajerjes y así edificar el Templo de Yahweh (Nehemías 1:11; compare con Génesis 43:14) también lo vemos en el mandato que Yahweh dio a los israelitas en cuanto a (buscar la paz de la ciudad Babilonia) en la que estarían exiliados, orando a favor de ella, pues “en la paz de ella resultaría haber paz para ellos mismos” (Jeremías 29:7) De igual manera, los cristianos oraron con respecto a las amenazas de los gobiernos y gobernantes de su día (Hechos 4:23-30), y sus oraciones a favor de Pedro cuando se hallaba encarcelado debieron incluir también a los oficiales que tenían autoridad para liberarlo (Hechos 12:5.) Asimismo, en armonía con el consejo del Mesías, oraron por sus perseguidores (Mateo 5:44; comparé con Hechos 26:28, 29; Romanos 10:1-3.)
Desde tiempos antiguos se le ha dado gracias a Dios por sus provisiones, como el alimento (Deuteronomio 8:10-18; Mateo 14:19; Hechos 27:35; 1Corintios 10:30,31) Sin embargo, se debe agradecer la bondad del Creador con relación a “TODO”, no solo a las bendiciones materiales. (1Tesalonicenses 5:17,18; Efesios 5:19, 20.)

Esto lo podemos ver en todo lo que el contexto Bíblico nos ilustra, respecto a lo que rige el contenido de las oraciones es el conocimiento de la voluntad de Yahweh, puesto que el que suplica debe darse cuenta de que si quiere que su solicitud le sea otorgada, esta tiene que agradar a Elohim.
Sabiendo que los inicuos y los que no hacen caso de la Palabra del Eterno no gozan de Su favor, es obvio que el que hace la súplica no puede solicitar lo que es contrario a la rectitud y a la voluntad revelada en las Escrituras del Padre, que incluye las enseñanzas del Hijo y de sus discípulos inspirados (Juan 15:7,16) Por lo tanto, lo que se dijo en cuanto a “pedir alguna cosa” (Juan 16:23) no debe ni puede tomarse fuera del contexto.
La expresión “alguna cosa” evidentemente no abarca lo que se sabe o hay motivo para creer que no agrada a Yahweh y a su Hijo.
Juan escribe: “Y ÉSTA ES LA CONFIANZA QUE TENEMOS EN EL: SI PEDIMOS ALGO SEGÚN SU VOLUNTAD, EL NOS OYE”. (1Juan 5:14; Santiago 4:15.)

El Mesías les dijo a sus discípulos: “Una vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá” (Mateo 18:19)
Si bien es propio incluir en la oración cosas materiales que necesitemos, como el alimento, no lo son los deseos y ambiciones materialistas, según se indica en (Mateo 6:19-34 y 1 Juan 2:15-17).
Tampoco es correcto orar por aquellos a los que Dios condena (Jeremías 7:16; 11:14). Romanos 8:26,27 da a entender que en ciertas circunstancias el cristiano no sabría exactamente qué pedir; no obstante, Dios entiende sus (murmullos) no expresados.

EL APÓSTOL MUESTRA QUE ESTO SE DEBE AL ESPÍRITU SANTO

Hay que recordar que Dios inspiró las Escrituras por medio de su Ruaj/Espíritu (2Timoteo 3:16,17; 2Pedro 1:21) En estas se incluyeron profecías y acontecimientos que prefiguraron las circunstancias que les sobrevendrían a sus siervos en tiempos posteriores, y mostraron cómo Dios los guiaría y les daría la ayuda que necesitaban. (Romanos 15:4; 1Pedro 1:6-12) Es posible que el creyente no se dé cuenta de que lo que pudiera haber pedido en oración (pero que no sabía cómo) ya estaba enunciado en la Palabra inspirada de Dios hasta después que haya recibido la ayuda necesaria (1Corintios 2:9, 10.)

RESPONDIENDO LAS ORACIONES

Aunque en el pasado El Todopoderoso mantuvo cierto grado de comunicación recíproca con algunas personas, eso no fue lo común, puesto que la mayor parte de las veces la limitó a representantes especiales, como Abraham y Moisés (Génesis 15:1-5; Éxodo 3:11-15; comparé con Éxodo 20:19)
Incluso en esos casos, las palabras del Eterno se transmitieron mediante ángeles, a excepción de cuando habló a su Hijo o acerca de él mientras este estuvo en la Tierra. (Comparé con Éxodo 3:2, 4; Gálatas 3:19.) Tampoco fueron frecuentes los mensajes entregados personalmente por ángeles materializados, como lo manifiesta el efecto perturbador que solían producir en aquellos que los recibían (Jueces 6:22; Lucas 1:11, 12, 26-30.) De modo que en la mayoría de los casos, la respuesta a las oraciones se daba por medio de los profetas o concediendo la solicitud o rehusando otorgarla.
Muchas veces la respuesta de Elohim a las oraciones se podía discernir claramente, como cuando libraba a Sus siervos de sus enemigos (2Cronicas 20:1-12, 21-24) o satisfacía sus necesidades físicas en tiempos de gran escasez (Éxodo 15:22-25.) Pero no hay duda de que las respuestas más frecuentes no eran tan obvias, puesto que estaban relacionadas con dar fuerza moral y entendimiento para que la persona pudiera apegarse a un proceder justo y desempeñar el trabajo que Yahweh le había asignado (2Timoteo 4:17)
En particular en el caso del cristiano, la respuesta a las oraciones tenía que ver con asuntos principalmente espirituales, los cuales, aunque no son tan espectaculares como algunos actos poderosos del Creador en tiempos antiguos, son igualmente vitales (Mateo 9:36-38; Colocenses 1:9; Hebreos 13:18; Santiago 5:13)
La oración aceptable debe dirigirse “El Eterno Yahweh”, tratar sobre asuntos apropiados los que están en armonía con los propósitos declarados en su Santa Palabra, hacerse de la manera debida por medio del que El Padre a nombrado, El Mesias Jesús/Yeshua y con un buen motivo y un corazón limpio (Compáre con Santiago 4:3-6)

Además de todo lo antedicho, es necesario persistir.
El Hijo dijo que se “siguiera pidiendo, buscando y tocando”, sin desistir (Lucas 11:5-10; 18:1-7).

ESTO HIZO SURGIR LA CUESTIÓN DE SI HALLARÍA SOBRE LA TIERRA FE/OBEDIENCIA DURANTE SU FUTURA “llegada” (Lucas 18:8).
Surgen muchas interrogantes sobre la APARENTE demora de Yahweh en contestar algunas oraciones esto NO SE DEBE A INCAPACIDAD NI A FALTA DE DESEO DE AYUDAR, COMO PRUEBAN LAS ESCRITURAS (Mateo 7:9-11; Santiago 1:5,17) En algunos casos la respuesta debe esperar el “el tiempo” del Creador (Lucas 18:7; 1Pedro 5:6; 2Pedro 3:9; Apocalipsis 6:9-11.)

TAMBIÉN SE NOS MUESTRAS QUE HAY FUERZAS ESPIRITUALES DETENIENDO LAS RESPUESTAS A LAS ORACIONES (Daniel 10:12-14 Entonces aquel hombre me dijo: «No tengas miedo, Daniel, porque tus palabras fueron oídas desde el primer día en que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios. Precisamente por causa de tus palabras he venido. EL PRÍNCIPE DEL REINO DE PERSIA SE ME ENFRENTÓ DURANTE VEINTIÚN DÍAS, pero Miguel, que es uno de los príncipes más importantes, vino en mi ayuda, y me quedé allí, con los reyes de Persia. Ahora he venido para hacerte saber lo que va a sucederle a tu pueblo en los últimos días. La visión es para esos días.»)
No obstante, parece ser que el motivo principal es que así YAHWEH deja que los que le piden demuestren la profundidad de su interés, la intensidad de su deseo y la autenticidad de su motivo. (Salmos 55:17; 88:1, 13; Romanos 1:9-11) A veces deben ser como Jacob, que luchó mucho tiempo a fin de obtener una bendición, es decir en nuestro caso espiritualmente y oración (Génesis 32:24-26).

De manera similar, aunque no se puede presionar a Elohim para que actúe por la mera cantidad de suplicas, Él advierte el grado de interés que muestran sus siervos en conjunto y actúa cuando colectivamente muestran profunda preocupación e interés unido (Compáre con Éxodo 2:23-25).
Cuando existe cierto grado de apatía, Dios puede retener su ayuda.
En la reconstrucción del templo de Jerusalén, un proyecto que no recibió el apoyo necesario durante algún tiempo (Esdras 4:4-7, 23, 24; Ageo 1:2-12), hubo interrupciones y retrasos, mientras que más tarde Nehemías reconstruyó los muros de la ciudad con oración y buen apoyo en tan solo cincuenta y dos días. (Nehemias 2:17-20; 4:4-23; 6:15)
En la carta a la congregación de los corintios, Pablo habla de cómo Dios lo libró de la muerte, y dice: “si ustedes nos apoyan con sus oraciones por nosotros. Si muchos oran por nosotros, también serán muchos los que den gracias a Dios por el don concedido a nosotros por tantas oraciones” (2Corintios 1:8-11; compáre con Filipenses 1:12-20) Se destaca con frecuencia el poder de la oración de intercesión, tanto individual como colectiva.

Con respecto a “orar unos por otros” Santiago dijo: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho poder”. (Santiago 5:14-20; compáre con Génesis 20:7,17; 2Tesalonicenses 3:1,2; Hebreos 13:18, 19.) También se destaca la súplica frecuente a El Gobernante Soberano, sobre un tema de naturaleza personal.
El que ora presenta razones de por qué cree que la petición es apropiada, de su motivo correcto y desinteresado, y de que hay otros factores que pesan más que sus propios intereses o consideraciones.
Estos podrían ser la honra del propio nombre del Elohim, el bien de su pueblo o también el efecto que pudiera tener en los observadores el que Dios actuara o se retuviera de hacerlo.
Se puede apelar a la justicia del Todopoderoso y a su bondad amorosa, ya que Él es un Elohim de misericordia. (Compáre con Génesis 18:22-33; 19:18-20; Éx 32:11-14; 2Re 20:1-5; Esdra 8:21-23)

El Mesias también “ABOGA” por sus fieles seguidores (Romanos 8:33, 34)
Todo el libro de los Salmos consiste en oraciones y canciones de alabanza a Yahweh, cuyo contenido ilustra lo que debería ser la oración.
Entre muchas oraciones notables se cuentan las de:

Jacob (Génesis 32:9-12)
Moisés (Deuteronomio 9:25-29)
Job (Job 1:21)
Ana (1Samuel 2:1-10)
David (2Samuel 7:18-29; 1Cronicas 29:10-19)
Salomón (1Reyes 3:6-9; 8:22-61)
Asá (2Cronicas 14:11)
Jehosafat (2Cronicas 20:5-12)
Elías (1Reyes 18:36, 37)
Jonás (Jonás 2:1-9)
Ezequías (2Reyes 19:15-19), Jeremías (Jeremías 20:7-12; el libro de Lamentaciones)
Daniel (Daniel 9:3-21)
Esdras (Esdras 9:6-15)
Nehemías (Nehemias 1:4-11)
ciertos levitas (Nehemias 9:5-38)
Habacuc (Habacuc 3:1-19)
Jesús/Yeshua (Juan 17:1-26; Marcos 14:36)
y los discípulos del Mesías (Hchos 4:24-30).

EN LA PRÓXIMA OPORTUNIDAD CERRAREMOS CON LAS POSTURAS Y ADEMANES, sobre este particular ya que hay muchos que quieren a veces decir o influir en cómo debemos colocarnos para orar, pero son las Escrituras las que nos deben guiar al respecto

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Atentamente Ricardo Andrés Parra rubi
Shalom a todos

LA ORACIÓN 3 era parte de 3

POSTURAS Y ADEMANES

Muchos hemos oído y leído sobre quienes basándose en su propio entendimiento quieren marcar pautas o directrices sobre este aspecto, que si arrodillados, que si con las manos en alto, con una mano en el pecho, con las palmas juntas y un largo etc., etc……

¡PERO!

¿Debemos o hay que adoptar una postura especial?
La respuesta enfáticamente es ¡NO!

Yahweh no nos pide que pongamos de cierta manera las manos o el cuerpo entero.
En todo el contexto Biblico se nos enseña que hay varias posturas adecuadas para orar (esto queda al criterio de cada individuo).
Por ejemplo, la persona puede estar sentada, inclinada, arrodillada o de pie (1 Crónicas 17:16; Nehemías 8:6; Daniel 6:10; Marcos 11:25).

Lo que de verdad importa no es adoptar una postura para que nos vean, sino tener la debida actitud. De hecho, podemos orar en silencio y en cualquier lugar, tanto si estamos realizando nuestras labores habituales como si surge una emergencia.
Puede que nadie se dé cuenta de que estamos orando, pero Yahweh sí nos escucha (Nehemías 2:1-6).
ya en las 2 anteriores parte del estudio leimos que en las Escrituras abundan las referencias a posturas y ademanes, los cuales, según la descripción bíblica, algunas debieron ser muy semejantes a los que actualmente hacen las personas del Oriente Medio. Estas suelen ser más expresivas que las personas de Occidente y tener menos inhibiciones al exteriorizar sus sentimientos.
Sus posturas y ademanes, acompañaran o no a la palabra, estaban llenos de fuerza y significado.
Ni los hebreos ni la mayoría de las demás naciones mencionadas en la Biblia tenían posturas determinadas para orar, aunque las que adoptaban eran sumamente respetuosas.

Era común orar de pie, y Yeshua se refirió a esta posición (Marcos 11:25) Él debía estar orando de pie cuando, después de su bautismo, se abrió el cielo, el Espíritu Santo bajó sobre él en forma corporal de paloma y se oyó la propia voz de Yahweh hablando desde el cielo (Lucas 3:21, 22.)
De rodillas esta era una postura común cuando se oraba. El propio Mesias se arrodilló a orar en el huerto de Getsemaní (Lucas 22:41.) Salomón también se arrodilló cuando oró en representación de la nación de Israel con motivo de la inauguración del templo (1Reyes 8:54)
Si bien es cierto que en muchas de las referencias a la oración la Biblia emplea la palabra “rodillas” en plural, es posible que a veces la persona solo se apoyase en una rodilla, como hacen hoy en ocasiones los orientales. (Hechos 9:40; 20:36; 21:5; Efesios 3:14.)
Hay referencias que se Inclinaban Para adorar, los judíos volvían el rostro hacia la ciudad de Jerusalén y su templo dondequiera que estuviesen (1Reyes 8:42, 44; Daniel 6:10.) Ezequiel vio en una de sus visiones a 25 hombres de espaldas al templo de Elohim, inclinándose con los rostros vueltos hacia el Este. (Ezequiel 8:16.) Los templos de los que rendían culto al Sol estaban construidos de tal modo que la entrada estaba por el Oeste., lo que obligaba a los adoradores a entrar de cara al Este.

En cambio, el templo de Yahweh tenía su entrada por el E., de tal manera que cuando los adoradores de Jehová entraban, lo hacían de espaldas a la salida del Sol.
Con los brazos extendidos. Tanto de pie como arrodillados, a veces volvían las palmas de las manos hacia los cielos, alzaban las manos o las extendían hacia adelante en actitud de súplica (1Reyes 8:22; 2Cronicas 6:13; Nehemias 8:6.) Otras veces alzaban el rostro (Job 22:26) o los ojos hacia el cielo. (Mateo 14:19; Marcos 7:34; Juan 17:1)

Podemos ver que también oraban Sentado y postrado; Parece ser que el que hacía el ruego primero se arrodillaba y luego se echaba hacia atrás y se sentaba sobre los talones. (1Cronicas 17:16.) En esta posición podía inclinar la cabeza o apoyarla sobre el pecho.

O, como hizo Elías, podía “agazaparse a tierra” y colocar su rostro entre las rodillas (1Reyes 18:42)
La idea de postrarse se comunica a menudo en las Escrituras con expresiones como “caer” o “caer rostro a tierra”, lo que por lo general se hacía cayendo a tierra sobre las rodillas e inclinándose hacia adelante para apoyarse sobre las manos, o, más frecuentemente, apoyándose sobre los antebrazos y tocando el suelo con la cabeza. (Génesis 24:26,48; Nehemias 8:6; Números 16:22, 45; Mateo 26:39)
Si la persona estaba apesadumbrada u oraba con gran fervor, solía echarse con el rostro a tierra y el cuerpo estirado. En casos de abatimiento extremo, la persona podía ir vestida de saco “silicio” (1Cronicas 21:16) Cuando los adoradores falsos rendían culto a sus ídolos, también tenían por costumbre inclinarse (Éxodo 20:5; Números 25:2; 2Reyes 5:18; Daniel 3:5-12), y hasta solían besarlos (1Reyes 19:18).
Los Ademanes de naturaleza religiosa; el siervo Job nos advirtió refiriéndose al peligro que encerraba dejar que el corazón fuese atraído por el culto a algún objeto de reverencia o a los astros, como el Sol o la Luna, a fin de rendirle adoración, tal vez con ademanes como el lanzarle besos con la mano, como hacían los adoradores de la Luna o de ídolos. Job indicó que esto equivaldría a repudiar al Dios verdadero, acción por la que tendría que rendirse cuentas (Job 31:26-28).

Posturas cristianas al orar. Jesús oró en público con sinceridad, como hicieron Pablo y otros cristianos.
También recomendó que se orara en privado (Mateo 6:5,6) y condenó explícitamente la ostentación de las oraciones largas para aparentar religiosidad, una práctica en la que algunos de los escribas habían caído (Marcos 12:40; Lucas 20:47) Sin embargo, los cristianos adoptaron muchas de las costumbres y prácticas de la sinagoga judía “aquellas que Dios no desaprobaba”, las que se mencionan en las Escrituras Griegas Cristianas. No obstante, en ningún momento adoptaron expresiones faciales o corporales de falsa religiosidad y santurronería.

No dieron preferencia a una determinada postura, como juntar las palmas de las manos o entrelazar los dedos de ambas manos. De hecho, cuando una persona está desempeñando una determinada tarea o se halla ante una situación de gran emergencia, puede orar en silencio y sin la más mínima expresión externa. (Compáre con Nehemias 2:4.)

Se aconseja a los cristianos que acudan a Dios “con toda forma de oración y ruego”, vemos como no hay una pauta al respecto así que es el la buena actitud y el como usted se sienta cómodo cuando se dirija al Padre Eterno (Efesios 6:18.)

 

 

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